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"No cambié, me violaron."

Updated: Nov 15, 2021

(De antemano, pediré disculpas por el romanticismo con el que expondré mis percepciones sobre el tema.)


Empecé escribiendo con el objetivo de deconstruir el concepto de la palabra violación; pero me encontré con la necesidad de empezar por: ¿Qué es violar?


El simple hecho de escuchar esta palabra, me espanta y me quita el aire. Porque sí, siempre se podrá vincular con la acción sexual ocurrida sin la voluntad de alguien o sin su consentimiento. Lo cual espantaría a cualquier persona en su sano juicio. Pero, si lo re pensamos, va mucho más allá del acto de una penetración forzada o de un abuso sexual en general. Porque violar, según la Real Academia Española (RAE), también es:


"Ajar o deslucir algo."


Jamás se me hubiese ocurrido definirla así. Incluso es la última de las definiciones en el diccionario en línea; pero es el más acertado significado.

Cuando leí la palabra "ajar", en lo único que pude pensar, fue en una hoja de papel. Pero es tan interesante porque arrugar una hoja, al punto de hacerse una bola, no significa que está "ajada". Pero cuando la abres, después de haberla arrugado tanto, ahí, cuando intentas "plancharla" para que regrese a su estado inicial, justo en ese momento puedes decir:


Está ajada.

Y no hay vuelta atrás.


Es impresionante cómo esta palabra ha tomado fuerza, y por fin la vemos en las noticias. No porque me guste o sienta alguna afinidad con el acto, sino porque por fin, no pasa desapercibida. Pero ahora que ya sabemos su significado, que ya la escuchamos y mencionamos tanto, ¿sabemos lo que realmente significa? O mejor dicho:


¿Sabemos lo que realmente representa?


Porque luego de leer esa palabra una y otra vez, o de estudiar casos en repetidas ocasiones, entendí que la violación es eso que marca un antes y un después en la vida de las personas.


Porque decir violación no duele tanto como decir "fui violada"...


Y sin entrar en la discusión de la culpabilidad y de la provocación (lo que me parece aberrante e ilógico), es impactante cuánta gente aún defiende al victimario y revictimiza a la víctima. Y quitémonos las gafas del feminismo y de todo lo que sintamos sobre este movimiento, ideología o como deseen definirlo. Solo pongámonos a pensar en lo escalofriante que es ver a alguien diciéndole a una persona víctima de violación (hombre o mujer):


"No te quejes, tú tienes la culpa. Tú lo provocaste."


Y no, eso no es lo más aterrador, sino que encontraremos mucha, repito, MUCHA gente apoyando este pensamiento. Lo que me lleva a considerar conceptos como sistematización, normalización, indiferencia, etc. Pero ninguno satisface mi deseo de obtener una explicación del por qué se quiere justificar lo injustificable.


Porque "ajar o deslucir algo",

¿Ese algo?

Es la vida misma...


Si utilizamos la palabra violar en su amplio sentido. Nos encontraremos con múltiples situaciones como: abusos sexuales, leyes quebrantadas, promesas rotas, confianzas extralimitadas, etc.

Violaciones que no son reconocidas como violaciones. Pero, ¿dolerán tanto como para decir "me violaron"?

Y la respuesta es . Definitivamente, .


Porque descubrí que hay violaciones que no trauman, pero te duelen, te cambian, "te ajan".


¿Cómo te sentirías después de haber sido violado sexualmente?

¿Cómo actuarías después de que hayan abusado de tu confianza?

¿Cómo quedarías después de que te atropellen por no respetar el semáforo?

¿Cómo reaccionarías después de que rompan un pacto?

¿Cómo interactuarías con alguien después de que hayan violado tu privacidad?


Y no existe un sentimiento en particular para todos los que han sido violados de alguna u otra manera, ni una reacción, ni un estado emocional, ni una forma de pensar. Lo único que todos somos, después de una violación, es: diferentes.


Y no me malinterpreten. Jamás menoscabaría ningún tipo de violación. Entiendo la importancia de respetar las batallas y los dolores ajenos. Porque son de "ellos", y solo ellos tienen derecho a vivirlos y a curarlos. De la forma en la que ellos elijan, con la intensidad que ellos la vivan y en el momento que ellos decidan.


Incluso no creo correcto llamarlas “pequeñas” violaciones, porque son violaciones, en todo el sentido de la palabra. Sin importar si se trata de violaciones a la ley, a la privacidad, a la confianza, etc.

Y como siguen siendo violaciones, sin importar su escala; no son pequeñas, son peligrosas. Por eso debemos re evaluarlas y reconocerlas. Darles el nombre que merecen para que no perdamos la noción del respeto al derecho del otro. Si normalizamos violar los recursos privados y robamos, también normalizaremos la violación a nuestros cuerpos y lo pasaremos por alto. Hasta siento que esa es la principal causa por la que se suele terminar culpando a la víctima. Porque nos parece normal que las violaciones (en general) sucedan, así que es tu culpa por no haberte cuidado.


Por eso lo debemos re pensar.

No lo normalicemos.

No lo hagamos parte de nuestra cultura.

No subestimemos estas violaciones a nuestro derecho de ser como somos, ni de estar como estamos.

No nos abandonemos.

No dejemos que esa parte inocente y buena, que nos caracteriza, muera.


Porque esas "pequeñas" pero peligrosas violaciones, nos hacen desconfiar, ser más duros, alejarnos, encerrarnos. Nos hacen ser eso que NO éramos antes.


Así que cuando te digan: ¿Por qué has cambiado? ¡Ya no eres el mismo!

Tienes todo el derecho de decir:


"No cambié, me violaron."




Nota al lector: El único objetivo de esta publicación es reflexionar sobre cómo la normalización de la violación trasciende a través de las diferentes escalas. El primer paso para solucionar un problema es reconocerlo como problema. Ponle nombre.



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